Cambia tú y
todo cambia contigo
Si tan solo pudiéramos darnos cuenta que no importa el
escenario, somos actores y actrices de una gran obra de arte que se llama
“vivir” y al darle verdadero sentido a nuestras interacciones humanas damos a
su vez dirección a un país que pide urgentemente de personas que no tengan que
pensar dos veces para ser buenos, que no se abochornen por hacer el bien y que
no se arrepientan de hacer lo correcto por sentirse tontos al haber optado por
lo correcto. Ser un agente de cambio es dar el paso, asumir la responsabilidad
de orientar al confundido, guiar al ciego de espíritu, prestarle oídos al sordo
y modelar el comportamiento de un ser en continuo proceso de mejoramiento
personal, profesional y espiritual.
Es el padre o la madre quien con su ejemplo amoroso
inspira a sus hijos a seguir sus pasos. Es el maestro o la maestra quien con su
vocación motiva en sus estudiantes la excelencia académica y la entrega a su
llamado vocacional, es el policía que orienta al ciudadano amablemente en su
error para evitar infracciones futuras y accidentes, es el hermano mayor que
comparte con los menores su aprendizaje doloroso por ser el primero. Es el
patrono comprensible que pide efectividad laboral sin perder su calidad humana
al administrar su autoridad. Es el empleado fiel y abnegado que pide
respetuosamente un trato equitativo y justo pues conoce la diferencia entre el
deber y sus derechos. Y así, tantos otros ejemplos que podría incluir para
mostrar un verdadero líder o lideresa ciudadano/a que promueva el cambio social
que merecemos por ser hijos de esta tierra.
Ahora bien, no es suficiente desearlo, hay que ponerlo
en práctica inmediatamente, por lo que te invito a visualizarlo tal como yo lo
imagino:
- Reconoce el valor del otro, de
esta manera reconocerán el tuyo. Como ser humano tienes el potencial de
hacer cosas poderosas, lo que ocurre es que gran parte del tiempo no crees
en ti ni en lo que posees y quien no cree, no verá.
- No menosprecies la capacidad
del otro y utilízala a tu favor. Cuando veas que los que te rodean tienen
tanto para darte como tú a ellos comenzará el intercambio de talentos que
genera la acción de tomar la dirección correcta hacia la manifestación de
cada cual en su máximo potencial. Mientras estés tu primero/a solo habrá
parálisis, pues tú solo/a no generas cambio, necesitas de quien está a tu
lado. Te desarrollas desarrollando a otros, te inspirarás inspirando a
otros, te transformarás para transformar a otros.
- Motiva a los demás a formar
parte de tus iniciativas de cambio (social, familiar o laboral). La forma
más poderosa de motivar es actuar pues quien observa tiene el modelo que
le generará el pensamiento de que sí es posible lograr algo especial. Si
ves a alguien reír, podría generar en ti la risa; si ves a alguien ayudar,
podrías aprender a hacer lo mismo. Es poderoso el acto de modelar a otros
pues llega a ser una manera de influencia que marca a muchos
simultáneamente.
- Vive con pasión y dirección,
es la manera verdadera de lograr el cambio en ti y en los que te rodean.
Vivir con pasión es vivir con un sentido poderoso, es dar significado a tu
existencia. La pasión es como el néctar para las flores, mientras más
pasión pones, más personas vendrán a beber de ti y ahí comienza la
polinización espiritual de todo tu entorno. Cuando tienes este gran motivo
surge en tu ser una brújula la cual llamo “la intuición natural hacia el
éxito”.
- Elimina de tu vida el juicio y
la crítica, te sentirás y harás sentir liberado a los que te rodean.
Nacemos en juicio y por él creemos que tenemos derecho a corregir a todos
por todo lo que no es compatible con nuestros criterios. Pero, ¿qué te
hace pensar que tienes el derecho de criticar y juzgar la voluntad de
otros? ¿Quién te engañó al decirte que tú tienes la razón y el otro no?
Juzgar es uno de los primeros pasos hacia la pérdida de la oportunidad del
conocimiento. No estar de acuerdo es parte de la manifestación de la inteligencia,
criticar o juzgar es parte de la manifestación de la ignorancia. Opta por
lo que es más útil para todos.
Cambia tú y
todo cambiará contigo. Esta es la premisa que promueve la unidad de pensamiento
positivo y la búsqueda continua de logros. Verás poco a poco como tu intento de
influenciar positivamente a tu entorno comienza a devolverte con intereses toda
la energía invertida en los demás. No te prometo que será fácil, al contrario,
será una gesta valiente que requerirá de tres valores fundamentales: decisión,
perseverancia y fe. ¿Cuáles de estas tienes que desarrollar? Necesitamos gente
dispuesta a ayudar a nuestra gente y que no le tema al juicio ni la crítica
ajena. Los agentes de cambio son personas valientes, de corazón noble y
luchador, que levanten sin temor la bandera del amor como baluarte y signo de
la unidad de un pueblo. Podemos rescatar nuestros trabajos, nuestras
comunidades y podemos rescatar a nuestra gente. Si no sabes cómo instrúyete,
edúcate, aprende a ser un agente de cambio. ¡He visto tantos que ya han logrado
su transformación! Solo faltas tú. Date la oportunidad de ser uno de los que
hacemos lo que hay que hacer.
El Autor el
Psicólogo Industrial y Coach Certificado. Para Conferencias, Consultoría y
Coaching llama al 787-755-5441 ó 787-319-5441. Twetter: @carlosantiago
FaceBook: carlos javier santiago,phd, www.santiagoassociates.com


